martes, 27 de septiembre de 2011

Mercurio: un veneno que acecha en el sur de Bolíva

JUAN CARLOS DÍAZ
eltiempo.com


Su uso indebido estaría afectando la salud. Serie 'Efectos de la minería en el Caribe colombiano'.

En el sur de Bolívar, para que dos pequeños lingotes de oro, de unos 300 gramos cada uno, llegue a las manos de un comprador, se requiere el trabajo de 30 personas durante dos meses en un socavón de 170 metros y haber picado cinco toneladas de tierra.

En este recorrido, con tradición de cerca de 200 años, también queda la estela nefasta de ríos sedimentados, bosques taladrados, ciénagas moribundas y miles de personas expuestas a la catástrofe física de la contaminación del mercurio, que va desde un simple dolor de cabeza hasta una muerte cerebral.

El foco de la explotación aurífera más grande de Colombia es la Serranía de San Lucas, un inexplorado macizo montañoso donde el metal precioso está repartido en cerca de 12.000 minas, incluyendo las de Antioquia.

Una investigación de cerca de 10 años de la Universidad de Cartagena, liderada por el profesor y doctor Jesús Olivero Verbel, director del Grupo de Química Ambiental y Computacional, con el apoyo de Colciencias, advierte sobre los peligros que se ciernen por la manipulación indebida del mercurio.


Esta investigación, publicada en revistas científicas especializadas y que sirvió de piedra angular al documental La vorágine del oro de la misma Universidad, se estableció que existen zonas en el sur de Bolívar en donde las personas poseen niveles altos de mercurio que pueden estar afectando su salud. "El asunto es tan delicado que debemos intervenir el problema ahora. Esperar puede significar deficiencias neuropsicológicas o cognitivas irreversibles en los niños expuestos. En otras palabras, el futuro de la región es cada vez más gris", señaló el profesor Olivero.

Según el resultado, el promedio de mercurio en cabello para una muestra de 1.328 personas de Bolívar fue de 1,6 partes por millón (ppm), cuando entidades tales como la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos recomiendan que las mismas no deben ser superiores a 1 ppm, en particular en niños y embarazadas.

La investigación de Olivero y su grupo reveló que la zona donde existen las concentraciones más altas de mercurio en humanos fue en las cercanías de los ríos Caribona y Cauca, en el corregimiento de La Raya, jurisdicción de Montecristo, con concentraciones promedio de 5,3 ppm.

La preocupación por esta zona, según el investigador, es que se encontraron varias personas con niveles superiores a 10 ppm, todos en La Raya, resaltándose el caso de una niña que presentó 20,1 ppm de mercurio en cabello. Esta región es una de las de mayor riesgo de exposición por mercurio, dado que la contaminación del río Cauca y sus afluentes contaminados del sur de Bolívar y el norte de Antioquia es depositada en las ciénagas cercanas, facilitando la acumulación del metal en la cadena alimenticia.

La producción de oro en esta área es aproximadamente de 18,8 toneladas anuales, y la cantidad de mercurio liberado al medio ambiente no ha sido calculada con exactitud, pero ha sido estimada en cerca de 80 a 100 toneladas al año.

El mercurio usado en la extracción de oro, que es el mismo de los termómetros, es volátil y viaja grandes distancias, siendo depositado en ciénagas y ríos, allí es transformado por microorganismos en una forma más peligrosa denominada metilmercurio, que es un potente neurotóxico, el cual es capturado por plantas minúsculas que sirven de alimentos a peces pequeños y estos a su vez a los grandes hasta llegar a los humanos, señala la investigación de la Universidad de Cartagena.

Minería ilegal sin control

En los últimos años están acelerando procesos de titulación que también han originado otra problemática social por el control del territorio. Según la jefe de la oficina de Minas de Bolívar, Lester Romero, desde el 2003 cuando el Gobierno delegó a las secretarías de Minas seccionales lo relacionado con los contratos de concesión minera, se han titulado 400 minas y hay 500 solicitudes

El problema para los pequeños mineros, los cuales a su vez son los que menos contaminan, es que la Ley 1382 de 2010 los obliga presentar plan de manejo ambiental y de trabajo de obra, lo que antes pagaba el Estado, es decir, que de las tres etapas exigidas para que se les entregue legalmente la mina por 30 años, sólo cumplen el de la explotación.

La vida minera en San Lucas

Alrededor de las minas en la Serranía de San Lucas se han formado pequeños asentamientos de familiares de los mineros, esposas e hijos, cuya única distracción la tienen los sábados cuando bajan de los socavones a beber cerveza y jugar billar. Julio Ramírez, uno de los mineros, afirma que cada día la minería se pone más dura y ganan menos plata que hace algunos años cuando el oro se 'veía a leguas de distancia'. "Ahora nos ganamos entre 30 y 40 mil pesos diarios, que nos sirven para el sustento", afirma.

Ramírez asegura que hasta hace muy poco tiempo es que le están parando bolas al tema del mercurio y sus peligros, luego de ver con sus propios ojos niños nacidos con deformidad en sus alrededores y tras las distintas campañas que se están haciendo para prevenir sobre los riesgos del uso indiscriminado del mineral.

Y, a fuerza de campañas y advertencias, ya saben que tienen que evitar en lo máximo consumir moncholo, bagre o doncella, que son los peces con mayor concentración de mercurio. En efecto, entre las 14 especies de peces estudiadas por la Universidad de Cartagena, el bagre pintado, el moncholo, el bagre blanquillo, la doncella y la pacora son las especies que presentan los valores más altos de mercurio total en músculo.

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